Alzola, la Mejor Agua del Mundo

01/06/2022

El 2016 fue un gran año para mí, la embajadora fue al Parlamento Europeo en Bruselas y gritó a los cuatro vientos que “Soy la Mejor Agua del Mundo”. Unos meses más tarde, donde broto de forma continua, vinieron a visitarme del Cuerpo Consular de Bilbao, formado por cónsules de varios países del mundo.

Fue una gran fiesta, donde pude dar a conocer mis propiedades y mi historia. Al igual que tú como humano no tienes conciencia de qué eres antes de estar en el vientre de tu madre, yo como agua no he podido saber qué soy antes de ser polvo plateado de estrellas.

Mi nacimiento empieza en el cielo, siendo lluvia, lágrimas de nubes que abastecen ríos, mares y océanos, rocío que se mece en las hojas de las flores al amanecer. Una parte muy pequeña de mí entra en la tierra, en el Macizo de Izarraitz que filtra mis átomos y me nutre para que nazca bien formada, en perfecto equilibrio.

Mi madre es la tierra vasca, sus entrañas me ayudan a formar mi ser y me aporta todas las cualidades que seré al nacer. Soy fragancia de nube, frescor de la aurora, calcio, magnesio y sodio, al igual que tú eres músculo, huesos y piel.

Mi gestación dura unos 25 años, sin ese viaje por las entrañas de la tierra no sería Alzola, sería 2 átomos de hidrógeno y 1 de oxígeno. Durante ese tiempo, no pienso en lo que fui, en lo que soy, ni en lo que seré, pero mi viaje es fascinante.

12 kilómetros de distancia me separan del vientre de mi madre hasta el lugar de mi alumbramiento, de mi afloración. Es el momento en el que ya puedo gritar que ¡soy agua de manantial!

Aquellas corrientes sinuosas que acariciaban tupidas alfombras de césped, que besaban rocas y disolvían los más maravillosos anocheceres. Debo dejar de jugar en las cuevas, minas y túneles de Elgoibar, abandonar mi acuífero bajo tierra y mi baile en círculos concéntricos para brotar en el paraje de mi afloramiento.

Dejó atrás mis juegos de niña con frágiles estalactitas creadas en los albores del tiempo y donde he permanecido protegida de toda contaminación y contacto con la humanidad. Dejó atrás mi remanso de paz, un cuarto de siglo donde podría haber sido un estanque de nenúfares, o un espejo brillante donde se reflejara la luna y bebieran las hadas.

Nazco con fuerza, en un estallido impresionante a más de 700 m de profundidad. Nazco como agua termal a 28 grados, 16 grados más que mis compañeras que surgen en el río Deba. Nazco con mi pureza original, natural y saludable, con una composición mineral constante que se mantiene en el tiempo desde que la primera agua de Alzola fue envasada, hace casi 2 siglos, para llegar como fuente de salud.

Soy agua, soy vida, soy Alzola, soy la Mejor Agua del Mundo.

SCROLL UP