Gorgonio Elías de Ossoro: el primer doctor del antiguo Balneario de Urberuaga de Alzola

05/01/2023

El primer médico director interino del establecimiento de baños de Urberuaga de Alzola fue el Doctor Gorgonio Elías Ossoro, que dirigió nuestro balneario entre 1846 y 1858. En 1848 escribió un estudio de observaciones meteorológicas de junio, julio, agosto y septiembre de aquel año y los efectos del agua mineral de Urberuaga de Alzola en los enfermos que se habían tratado en aquella temporada.

Escrito de su puño y letra, relata que aquellos meses habían sido bastante lluviosos y frescos, contabilizando un total de treinta y cinco días de lluvias. Notando que el 6 de julio había sido el día más caluroso, alcanzando los 28 ˚C a las doce del mediodía.

A nuestro balneario, aquella temporada, llegaron cincuenta y cuatro enfermos, la mayoría presentaban “desarreglos dietéticos” y veintisiete padecían irritaciones crónicas de la membrana mucosa genitourinaria.

De estos últimos, el Dr. Gorgonio Elías anotará “a los pocos días de su uso (refiriéndose al agua mineral de Alzola), se notó mejoría considerable, disminuyendo y aun desapareciendo el olor fétido amoniacal y la secreción morbosa que le acompañaba”.

Del total de enfermos tratados en el antiguo balneario de Alzola aquel verano de 1848, treinta y cuatro solo hicieron el tratamiento con el agua del manantial en formato “bebida” y los veinte restantes, hicieron “baño y bebida” tal y como consta en el estudio.

El Dr. Gorgonio Elías escribe: como va siendo habitual, en el mes de octubre y principios de noviembre, con la caída de las hojas, se observa un aumento de “calenturas gástricas e inflamatorias”. Parece ser que en el siglo XIX hubo varias epidemias de calenturas gástricas que afectaron a un número notable de la población.

En la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España hemos encontrado un documento que explica que las calenturas gástricas era una enfermedad común del mes de febrero y que a veces “suelen tomar un carácter maligno, irritaciones de los intestinos y cólicos, sin dejar de presentarse algunos dolores de costado y erisipelas”.

Indagando en documentos antiguos, descubrimos que el cuerpo de médicos estaba dividido en el tratamiento de esta enfermedad. Habiendo quien se decantaba por las sangrías como remedio y los que preferían el uso de purgantes.

El Dr. Gorgonio Elías también hace referencia en este mismo documento, que los enfermos “que más fruto han recogido del uso de estas aguas (refiriéndose al agua mineral natural de Alzola) son aquellos que padecen cistitis (infección urinaria que afecta a la vejiga) y uretritis crónicas (inflamación de la uretra, que impide la correcta evacuación de la vejiga)”.

Algunas de las enfermedades que padecían los enfermos que llegaron al antiguo Balneario de Urberuaga de Alzola aquel año y que recoge el Dr. Gorgonio Elías en el estudio son: dos vaginitis crónicas (inflamación o infección de la vagina), tres litiasis (cálculos en el aparato urinario), cinco diferentes dolores nerviosos de carácter reumático (como la fibromialgia) y dos palpitaciones nerviosas (taquicardias, ansiedad, etc.).

También se detalla en el documento del Dr. Gorgonio Elías la enfermedad y tratamiento de “un caballero de Madrid de treinta años de edad, temperamento nervioso y de regular constitución” que llegó el 24 de junio de 1848 tras tres años sufriendo hemorragias sifilíticas.

Fue tratado “a beber el agua mineral a la dosis de un vaso de medio cuartillo al día” (algo así como los 250 cl de ahora). Según los apuntes del Dr. Gorgonio Elías, al enfermo se le aumentó paulatinamente la dosis de agua mineral de Alzola, hasta llegar a prescribirle ocho vasos al día.

A los dos o tres días del tratamiento con nuestra saludable agua mineral natural, al caballero de Madrid, le habían disminuido las secreciones y a los doce días habían desaparecido los infartos testiculares.

Y de todo aquello hace ya ¡ciento setenta y cinco años!

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