SOS agua

El agua siempre encuentra el camino más fácil

11/01/2022

Esta mañana, más bien de madrugada (en torno a las 5:00 de la mañana), un buen amigo y magnífico maestro, mantenía conmigo un diálogo “digital” vía WhatsApp, ya que no eran horas como para que la voz estropease la magia que se produce cuando el día empieza a tomar forma.

Sabio él, y conocedor de mis costumbres insomnes, tratando de consolar mi magín, por las acometidas sufridas en el último mes sobre el manantial de Alzola, e intuyendo que me impedían dormir me hacía reflexionar sobre la Madre Naturaleza.

Agua

Me decía: “Si al futuro le desproveemos de esperanza, se convierte, inmediatamente, en una obscuridad persistente e infinita”, se refería a la necesidad de resiliencia en este momento, dónde las ideas se agolpan de forma desordenada en cuestión del mejor futuro para el manantial de Alzola, que la Naturaleza le dota de una de las mejores aguas minerales naturales del Mundo.

Me ha animado a seguir, a pensar en explicarle a la gente que, somos todos 70 % agua en nuestro interior, que toda materia orgánica lo es, y que aproximadamente el 71 % de nuestro planeta es agua en su corteza terrestre. Explicarles que somos el agua que bebieron nuestros ancestros, y que la herencia genética que dejemos dependerá en su gran mayoría del agua que bebamos. También es importante saber que el 97,5 % del agua de la Tierra, es salada, y solo el 2,5 % es agua dulce, en su mayoría ubicada en los polos. El porcentaje de agua potable, y que podemos consumir solo es del 0,025 % y cada quinquenio duplicamos los contaminantes en esta pequeña porción de agua disponible para el ser humano. Me pregunto cuántos quinquenios van a pasar, hasta que una botella de agua mineral sea el bien más preciado para la raza humana. Me pregunto quién se está preocupando de este problema. No encuentro respuestas en mi interior.

Sequía

Seguía en sus reflexiones: “la Naturaleza no nos necesita para nada, ni a nosotros, ni a otras especies animales y menos culpables que la raza humana. Prescindió de los dinosaurios, de seres bellísimos, y de frutos maravillosos. Es muy altanera la Naturaleza, no le llamo “Madre”, porque si se entera me manda a tomar por el culo”.

Con esa sencillez me explicaba la realidad. Nos llenamos de buenas intenciones (y más en esta época del año), con objetivos sostenibles a muchos años vista, que permiten calmar nuestra conciencia de forma temporal, mientras mantenemos nuestra forma de vida insostenible, dejando que pase el tiempo, y que sean las generaciones futuras las que hereden la responsabilidad. Las mismas generaciones futuras, que cada vez son más escasas, y que en el futuro tendremos que pedirles que nos mantengan a la Humanidad cada vez más envejecida y enferma, dónde múltiples enfermedades que hasta ahora eran mortales y regulaban el sistema natural, la “ciencia” ha convertido en crónicas y por ende consigue que nuestros cuerpos sobrevivan sin tener en cuenta que la verdadera enfermedad está en nuestras mentes arrogantes.

Planeta en nuestras manos

Hemos diezmado, las razas y tribus humanas que agradecían de forma sincera a la Naturaleza aquello que les daba sin pedir nada a cambio, ahora de forma sistemática vamos terminando con especies naturales más débiles y nobles, todos los días, mientras nos adormecemos elevando a categorías de defensores de la Naturaleza, a personas mediáticas que aparecen “cuándo” es conveniente, para luego desaparecer de nuevo en los momentos cotidianos. Somos consumidores de la noticia instantánea, sin reflexión, ni contenido, manipulados por un sistema falto de conciencia y de ideas de futuro sostenible.

Quiero creer en la raza Humana, estoy seguro de que ha tenido mejores momentos, me viene a la cabeza la época del Renacimiento, dónde las personas que poblaron la Tierra, eran capaces de promover el conocimiento y el humanismo, donde había personas que se formaban con dedicación a la ciencia, al arte, a la música y a todo aquello que podría hacer mejor al ser humano, antecesores nuestros que convivían en sana competencia por ser mejores, por aprender, por enseñar y por superar el momento oscuro medieval anteriormente vivido. Estoy seguro de que ese “gen” está entre nosotros, estoy seguro de que hay muchos jóvenes que pueden desarrollarlo de forma humilde, sincera y con la esperanza de conseguir que la Naturaleza nos deje volver, al menos, al punto dónde se puede retornar a un momento de continuidad con armonía. Tenemos esa herencia genética de nuestros antepasados. Somos lo que somos por ellos, cedamos un testigo que no esté en llamas a las generaciones futuras.

Gota de agua

La Humanidad, atesora un potencial increíble para crear, innovar y cumplir con sus objetivos personales y comunitarios. Podemos encontrar multitud de inventos que revolucionaron la vida a lo largo de los siglos, tales como la rueda, la bombilla, la imprenta o la penicilina. El ser Humano siempre ha tendido a explorar sus límites, y como seres imperfectos que somos, es muy probable que hayamos rebasado ciertos límites a la hora de establecer un equilibrio saludable con nuestro entorno, con nuestro hábitat. Es hora de que desarrollemos todo nuestro potencial en la misión de establecer un equilibrio más saludable con la Naturaleza.

Para terminar me hacía llegar esto: “Futuro corto, nervioso, alterado,…la Naturaleza está levemente cabreada, pero muy leve. No obstante, es muy suya y muy potente, además de Eterna”.

Me sugiere pesimismo, pero creo sinceramente en la inteligencia Humana, y su capacidad de reacción. Creo sinceramente en que si somos capaces de transmitir el conocimiento con datos reales y objetivos se puede girar hacia un viento sostenible en convivencia con el resto de especies.

Gotas de agua

El problema del manantial de Alzola, es minúsculo comparado con el reto de mantener el Amazonas vivo, pero creo que la riqueza que alberga puede ser un pequeño paso para comprender que cada uno en su entorno es capaz de modificar procesos locales para el beneficio global.

En esta casa de Alzola, nos hemos ido especializando en resolver problemas de todo tipo, contando con poco más que “grandes dosis” de entusiasmo desde el Concurso de Acreedores del año 2012, hasta su resolución final en 2019, hemos tenido procesos de relevo generacional, de infraestructuras, de maquinaria específica, de control medioambiental, de inundaciones, de consecución comercial, de implementación del marketing social, de innovación e incluso de convivencia con el COVID-19 y su repercusión en nuestros mercados. Los mismos problemas que muchas de las empresas que conforman el ecosistema industrial de nuestro entorno y que también han sabido superar con esfuerzo mantenido.

Gotas de agua

Nos gusta ser “Guardianes del Manantial”, y eso creo que nos da una pequeña ventaja diferencial en el reconocimiento de nuestra marca “Alzola Basque Water” y nos gustaría trasmitir a todos los que nos rodean, que los negocios no-sostenibles no tienen futuro, puede ser que, en un corto plazo, hagan que algunos se enriquezcan, pero en el medio y largo plazo son ruinas industriales en potencia y sin remisión.

La capacidad de trasmitir el estado del efecto invernadero, y su derivada en el calentamiento global, cuyas consecuencias, no nos engañemos, son desconocidas incluso en el corto plazo, pero que evidencian sin duda, la desaparición rápida de agua de consumo humano, llevan sin remedio a un cambio profundo en los sistemas de producción de alimentos, tanto vegetales como animales, son premisa de cambio en los sistemas industriales (todos ellos requieren de cantidades enormes de agua), y finalizan en un cambio trascendental en la forma social con la que entendemos actualmente la vida en el Mundo. No sería serio evaluar sin datos, los efectos económicos de este proceso, ni tan siquiera en pequeñas escalas como puede ser nuestra ubicación Guipuzcoana.

Mariposa sobre el agua

El camino que recorramos, y su dureza o ligereza, está íntimamente ligado al camino del agua. Me gusta recordar que “el agua siempre encuentra el camino más fácil”, pero en este momento los humanos somos los que cambiamos de forma artificial los cursos y las composiciones de los acuíferos y por ello estamos a punto de alcanzar ese momento de “no retorno” y por ello creemos que desde nuestro pequeño y humilde manantial debemos de hacer “oír” el sonido de su agua ancestral a punto de desaparecer, sin efusiones, solo para intentar ser parte del proceso positivo de cambio natural.

No tener en cuenta una de nuestras cualidades innatas, que es la capacidad de mirar por encima del horizonte en busca de respuestas, no sería muy humano.

Alzola Basque Water, 11/01/2022

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