Un Bien a Cuidar

Se estima que, para sobrevivir, es decir para mantener constante ese 70% de agua corporal – asimilar los nutrientes, bombear la sangre, regular la temperatura, disolver debidamente los desechos y no morir envenenados por ellos – las personas necesitamos ingerir más de 2 liros y medio de agua diarios, tanto incluidos en alimentos sólidos como en líquidos o, directamente, como agua.

Pero, además de para su propia existencia personal, el ser humano precisa del agua para la agricultura, la ganadería, la industria y la propia higiene que, en definitiva, asegura indirectamente su subsistencia o hacen su vida más llevadera.

Está claro que con la actual explosión demográfica en los paises del Tercer Mundo, la expansión de la industria y de la agricultura intensiva y los crecientes requerimientos higiénicos de las poblaciones desarrolladas, la demanda de agua se ha multiplicado varias veces. Por contra, los recursos de agua de la Tierra disminuyen.

Y no sólo eso: como consecuencia de la acción humana, parte de esas reservas están contaminadas, por lo que el agua pura ha llegado a convertirse no solo en un bien limitado, sino en un elemento para el que los organismos internacionales dedicados a la conservación y recursos piden protección y que han calificado «Patrimonio de la Humanidad».

Como señala la UNICEF, «la disponibilidad de agua de buena calidad podría reducir a la mitad el número de muertes infantiles en el mundo».

¿Calidad? ¿Disponibilidad? En un lenguaje más riguroso y ecológico deberíamos hablar simplemente, de conservación. Y es que ese agua dulce a disposición de los seres vivos proviene de dos fuentes que son las que determinan, precisamente, esa calidad:

Agua de Alzola. Agua de manantial que emerge a temperatura constante de 29 grados durante todo el año, sin variaciones en su composición química y con propiedades reconocidas desde 1843.

A) De las aguas de superficie, es decir, la contenida en lagos, ríos, embalses (aproximadamente el 3% de las disponibilidades).

B) De las aguas subterraneas almacenadas en acuíferos, que pueden surgir espontáneamente en forma de manantiales o poder ser captadas mediante pozos desde la superficie del terreno (el 97% de las disponibilidades).

El manantial de Alzola es uno de los decanos de Europa, descubierto en 1775 y declarado de utilidad pública en 1843. Produce un agua mineral con una composición reconocida por todos los expertos como excelente.